A pesar de las advertencias generalizadas sobre los peligros de la exposición artificial a los rayos UV, las camas de bronceado siguen siendo una opción cosmética popular. Investigaciones recientes ahora cuantifican el mayor riesgo de melanoma, la forma más letal de cáncer de piel, asociado con su uso.

Los hallazgos del estudio: Un estudio dirigido por el Dr. Pedram Gerami de Northwestern Medicine examinó los registros de salud de aproximadamente 6000 participantes: 3000 usuarios habituales de camas solares y 3000 no usuarios. Los resultados fueron contundentes: se diagnosticó melanoma en el 5% de los usuarios de camas solares, en comparación con sólo el 2% de los que nunca las habían usado. Incluso teniendo en cuenta la edad, el sexo, los antecedentes de quemaduras solares y la predisposición familiar, el uso de camas solares aumentó el riesgo de melanoma en 2,85 veces.

Daño al ADN más allá de la exposición a la luz solar

El hallazgo más preocupante del estudio es el patrón único de daño al ADN causado por las camas de bronceado. Los investigadores realizaron una secuenciación unicelular de células de la piel y descubrieron que las de los usuarios de camas de bronceado portaban el doble de mutaciones que las del grupo de control. Estas mutaciones aparecieron en áreas del cuerpo típicamente protegidas del sol, como la parte baja de la espalda o las nalgas, lo que indica un tipo de exposición fundamentalmente diferente a la luz solar natural.

“Esto demuestra que los pacientes con camas solares tienen una distribución inusual de melanomas en comparación con las personas que han tenido una exposición significativa al sol al aire libre”. – Dr. Pedram Gerami

Esto es importante porque significa que la radiación ultravioleta de las camas de bronceado penetra la piel de manera diferente, causando daños que no son simplemente equivalentes a pasar tiempo al aire libre. El efecto acumulativo de la exposición repetida puede provocar mutaciones en células que de otro modo no se verían afectadas.

La relación dosis-respuesta: más uso, mayor riesgo

El riesgo aumenta con la frecuencia. Los participantes que usaron camas de bronceado más de 200 veces experimentaron un aumento ocho veces en el riesgo de melanoma, mientras que aquellos con entre 10 y 50 usos vieron un aumento del doble. Esta relación dosis-respuesta subraya la gravedad del peligro: cuanto más frecuentemente se utilizan camas solares, mayor es la probabilidad de desarrollar cáncer de piel.

Impacto y detección del melanoma

El melanoma es una amenaza grave. En 2025, se espera que Estados Unidos vea casi 105.000 nuevos casos, lo que resultará en más de 8.400 muertes. La detección temprana es fundamental. Los dermatólogos aconsejan utilizar el método ABCDE para comprobar los lunares:

  • A simetría
  • B pedidos (irregulares, irregulares)
  • C color (cambiante o desigual)
  • **Diámetro (mayor a 6 milímetros)
  • E volving (cambios de tamaño, forma o color)

Cualquier lunar que presente estas características debe ser examinado inmediatamente por un dermatólogo.

Tomar el sol versus camas solares: ¿cuál es peor?

Si bien tanto tomar el sol como las camas de bronceado implican exposición a los rayos UV, la investigación sugiere que las camas de bronceado pueden ser más peligrosas. Las longitudes de onda específicas y la intensidad de la radiación ultravioleta en las camas de bronceado pueden provocar patrones únicos de daño en el ADN. Sin embargo, ambas formas de exposición aumentan significativamente el riesgo de cáncer de piel.

Proteger tu piel: pasos sencillos

El consenso entre los dermatólogos es claro: evitar por completo las camas solares. Las lociones autobronceadoras ofrecen una alternativa más segura para quienes buscan una apariencia bronceada.

Otras precauciones esenciales incluyen:

  • Uso diario de protector solar SPF 30+ de amplio espectro
  • Reaplicación cada dos o tres horas al aire libre
  • Evitar las horas de mayor sol (mediodía)
  • Llevar ropa protectora del sol.
  • Permanecer en la sombra cuando sea posible.
  • Exámenes periódicos de cáncer de piel realizados por un dermatólogo.

Conclusión: Las últimas investigaciones confirman que el uso de camas solares aumenta significativamente el riesgo de melanoma. Ninguna cantidad de exposición es segura y el daño se extiende más allá de los patrones típicos de exposición al sol. Dar prioridad a la salud de la piel evitando las camas solares y protegiéndose diligentemente del sol es crucial para reducir el riesgo de cáncer.