La tensión del suelo pélvico, o disfunción hipertónica del suelo pélvico, es una causa común, pero a menudo pasada por alto, de dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia). Si bien el sexo debe ser placentero, la tensión crónica de los músculos pélvicos puede hacerlo insoportable, provocando malestar, dificultades con las funciones corporales e incluso miedo a la intimidad.

¿Qué es la rigidez del suelo pélvico?

Los músculos del suelo pélvico (principalmente pubococcígeo, iliococcígeo y puborrectal) sostienen los órganos pélvicos y desempeñan un papel clave en la micción, las deposiciones y la función sexual. Cuando estos músculos se contraen crónicamente en lugar de relajarse, se produce tensión. Esto puede deberse a un trauma, un uso excesivo (similar a cómo otros músculos se ponen rígidos después de un ejercicio intenso) o factores psicológicos.

Esto es importante porque la tensión persistente puede alterar los procesos corporales normales y afectar significativamente la calidad de vida. La disfunción del suelo pélvico es más común de lo que muchos creen y la opresión no tratada puede empeorar con el tiempo.

Sexo doloroso y condiciones relacionadas

La dispareunia, dolor genital recurrente antes, durante o después de las relaciones sexuales, es un síntoma frecuente. El dolor crónico puede provocar una incapacidad para alcanzar el orgasmo e incluso el desarrollo de vaginismo: espasmos musculares vaginales involuntarios provocados por el miedo a la penetración.

Esencialmente, la opresión del suelo pélvico y el vaginismo son distintos. La opresión del suelo pélvico implica una contracción constante, mientras que el vaginismo presenta espasmos involuntarios debido a la anticipación psicológica. Reconocer la diferencia es vital para un tratamiento específico.

Estrategias de ayuda: ¿qué funciona?

Abordar la tensión del suelo pélvico requiere un enfoque multifacético:

  • Técnicas de relajación: La respiración diafragmática (respiraciones lentas y profundas que involucran el diafragma y el abdomen) es muy efectiva. Esto calma el sistema nervioso y favorece la relajación muscular.
  • Suplementación de vitamina D: Investigaciones emergentes sugieren un vínculo entre la deficiencia de vitamina D y la disfunción del suelo pélvico. Dado que muchas personas tienen dificultades para obtener suficiente vitamina D a través de la dieta o la luz solar, la suplementación puede ser beneficiosa.
  • Comunicación y lubricación: Es esencial discutir abiertamente la condición con los socios. Una pareja que te apoye, junto con abundante lubricante, puede hacer que las relaciones sexuales sean más cómodas.
  • Orientación profesional: Los fisioterapeutas especializados en la salud del suelo pélvico pueden proporcionar ejercicios específicos y terapias manuales para liberar tensiones.

Ignorar el problema no hará que desaparezca. La tirantez no tratada puede empeorar con el tiempo y afectar el bienestar físico y emocional.

El panorama más amplio

La salud del suelo pélvico suele estar estigmatizada, pero es tan importante como cualquier otro aspecto de la salud física. Reconocer la importancia de estos músculos y abordar la tensión de manera proactiva puede mejorar drásticamente la función sexual, reducir el dolor y restaurar la confianza.

“Nuestros músculos contribuyen significativamente a la forma en que funciona nuestro cuerpo y a nuestro disfrute”. – Stephanie Hack, M.D.

Si sospecha que la rigidez del suelo pélvico está afectando su vida sexual, buscar orientación profesional es un paso inteligente para recuperar el control y disfrutar de la intimidad sin dolor.