Una variante más agresiva de la gripe estacional, específicamente el virus Influenza H3N2 (subclado K), está ganando terreno en Estados Unidos y en todo el hemisferio norte. Esta cepa ya ha desencadenado una epidemia de gripe en Japón y un aumento de los casos en el Reino Unido, y aunque la actividad actual de la gripe en Estados Unidos sigue siendo relativamente baja, las infecciones están aumentando.

¿Qué hace que esta cepa sea diferente?

Se sabe que el virus H3N2 causa enfermedades más graves que otros tipos de gripe, y esta nueva variante del subclado K parece amplificar esa tendencia. Los síntomas reflejan los de la gripe típica (fiebre, tos, fatiga, dolores musculares y escalofríos ), pero los casos tienden a ser más intensos, especialmente en niños y ancianos. Las fiebres más altas son comunes, lo que aumenta el riesgo de complicaciones como deshidratación, dificultades respiratorias y hospitalización. Este no es un fenómeno nuevo; El H3N2 dominó la temporada de gripe 2016-2017 con efectos similares.

Seguimiento de desafíos y lagunas de datos

Un factor que complica la situación son los datos limitados disponibles sobre la propagación del subclado K en los EE. UU. Un reciente cierre del gobierno de 44 días interrumpió los esfuerzos de seguimiento de los CDC, lo que dificulta la evaluación de las tendencias recientes. El último informe FluView de los CDC no especifica los subclados circulantes y no está claro si estos datos detallados se publicarán en el futuro. La variante se identificó por primera vez en Europa en junio y desde entonces se ha extendido rápidamente, acumulando siete mutaciones.

¿La vacuna contra la gripe ofrece protección?

La actual vacuna contra la gripe 2025-2026 está diseñada para proteger contra dos cepas de influenza A (H1N1 y H3N2) y una cepa de influenza B. Si bien la vacuna apunta al H3N2, se formuló antes de que surgiera el subclado K, lo que significa que no es una combinación perfecta.

Sin embargo, la vacunación sigue siendo fundamental. El objetivo no es necesariamente evitar la infección por completo, sino reducir la gravedad de la enfermedad, disminuir las tasas de hospitalización y prevenir muertes. Los datos del Reino Unido sugieren que la vacuna ofrece hasta un 75% de protección para niños y un 40% para adultos contra el subclado K al considerar las hospitalizaciones.

Vacunarse seguirá proporcionando cierto nivel de protección contra esta variante, incluso si no encaja perfectamente.

Mantenerse informado y tomar medidas preventivas (como vacunarse, practicar una buena higiene y quedarse en casa cuando se está enfermo) sigue siendo la mejor defensa contra esta amenaza en evolución.

La propagación de esta nueva variante subraya la necesidad constante de vigilancia y adaptación en los esfuerzos de prevención de la influenza.