Para las personas con diabetes tipo 1 grave, un trasplante de páncreas puede ofrecerles libertad de inyecciones diarias de insulina y un control más estable del azúcar en sangre. Sin embargo, este procedimiento sigue siendo excepcionalmente raro y está reservado para un pequeño subconjunto de pacientes con complicaciones avanzadas. No es una panacea, sino más bien un tratamiento con riesgos importantes y consideraciones a largo plazo.

Por qué los trasplantes de páncreas son poco comunes

Los trasplantes de páncreas se realizan sólo unas 100 veces al año en los Estados Unidos. Esta escasez se debe a varios factores:

  • Disponibilidad de donantes: Los páncreas sanos deben provenir de donantes fallecidos recientemente, generalmente menores de 60 años.
  • Fragilidad de órganos: El páncreas es delicado y propenso a sufrir daños durante su extirpación.
  • Complicaciones posquirúrgicas: La necesidad de medicamentos inmunosupresores de por vida para prevenir el rechazo presenta sus propios desafíos, incluido un mayor riesgo de infección y otros efectos secundarios.
  • Tiempos de espera: La espera promedio para un trasplante supera los tres años.

Según el cirujano de trasplantes Charles Bratton, MD, “el trasplante no es una cura, es un tratamiento. La pregunta es si ese tratamiento le brinda una vida mejor que la enfermedad misma”.

Beneficios de un trasplante exitoso

Cuando tiene éxito, un trasplante de páncreas puede eliminar la necesidad de inyecciones de insulina en más del 90% de los receptores, al menos durante varios años. La mejora de los niveles de azúcar en sangre reduce el riesgo de complicaciones de la diabetes a largo plazo, como daño a los nervios, pérdida de la visión y enfermedades cardíacas. Algunos pacientes experimentan una reversión de las complicaciones existentes. La esperanza de vida también puede mejorar, siempre que haya complicaciones mínimas.

Riesgos y gestión a largo plazo

A pesar de los beneficios, los trasplantes de páncreas conllevan riesgos sustanciales:

  • Complicaciones quirúrgicas: Es posible que haya sangrado, infección y obstrucción intestinal.
  • Rechazo de órganos: Alrededor del 10 % al 15 % de los trasplantes fracasan durante el primer año.
  • Efectos secundarios de los medicamentos: Los inmunosupresores pueden provocar aumento de peso, presión arterial alta y mayor susceptibilidad a las infecciones.

Un receptor de trasplante, Ali Dugger, de 40 años, describe la carga actual: “No es sólo perder los órganos lo que puede matarte. Es el sistema inmunológico debilitado… Incluso una vitamina con hierbas que estimulan el sistema inmunológico podría provocar el rechazo de órganos”.

Trasplantes de riñón-páncreas: un enfoque más común

Para los pacientes con diabetes tipo 1 e insuficiencia renal, un trasplante simultáneo de riñón y páncreas es más común (alrededor de 800 a 900 procedimientos al año en los EE. UU.). Este enfoque ofrece mayores tasas de supervivencia y reduce el riesgo de rechazo porque ya se requieren medicamentos inmunosupresores para el trasplante de riñón.

Trasplantes de células de los islotes: una alternativa menos invasiva

El trasplante de células de los islotes, que implica inyectar células productoras de insulina en lugar de un páncreas completo, es una opción menos invasiva. Aunque es menos común, puede mejorar el control del azúcar en sangre y reducir la hipoglucemia, pero aún requiere inmunosupresión. Los investigadores están explorando formas de cultivar estas células en el laboratorio para aumentar la disponibilidad.

El resultado final

Los trasplantes de páncreas siguen siendo una opción poco común, pero que puede alterar la vida de pacientes selectos con diabetes tipo 1 grave. Si bien pueden ofrecer independencia de la insulina y una mejor calidad de vida, los riesgos y las demandas de manejo a largo plazo son importantes. También se están explorando opciones alternativas como los trasplantes de células de los islotes. Para quienes padecen una enfermedad renal terminal, un trasplante simultáneo ofrece los beneficios más completos. La decisión requiere una cuidadosa consideración en consulta con un equipo médico.