Todos conocemos esa sensación: esos días en los que juras que estás más cansado de lo habitual o simplemente no recuerdas dónde dejaste las llaves. Pero ¿y si ese olvido no fuera sólo parte del envejecimiento? Las investigaciones sugieren un fuerte vínculo entre cómo nos sentimos acerca de nuestra edad y la salud real de nuestro cerebro. De hecho, sentirse más joven puede traducirse en signos concretos de un cerebro más sano.
Un estudio de 2018 realizado por investigadores utilizó tanto encuestas (para medir la edad percibida de las personas) como exploraciones por resonancia magnética (para medir los cambios físicos del cerebro) en adultos mayores. Sus hallazgos fueron sorprendentes: aquellos que se sentían más jóvenes que su edad cronológica mostraban un envejecimiento menos visible en sus cerebros en comparación con sus pares que se sentían mayores. Esto sugiere una poderosa conexión entre nuestra forma de pensar y la forma en que funciona nuestro cerebro, incluso a medida que envejecemos.
Si bien las arrugas y el crujido de las rodillas pueden ser signos inevitables del paso del tiempo, mantener el cerebro ágil puede ayudarle a sentirse mentalmente joven y vibrante. Pero, ¿cómo exactamente ralentizamos este reloj biológico?
Aquí hay tres estrategias respaldadas por evidencia para mantener su cerebro alerta:
Equilibre su camino hacia la salud cerebral
¿Crees que el equilibrio se trata simplemente de no caerse? Piensa de nuevo. Mantener un buen equilibrio no se trata sólo de estabilidad física; Impacta directamente la salud del cerebro de varias maneras. En primer lugar, un buen equilibrio reduce el riesgo de caídas, una preocupación importante a medida que envejecemos. Las caídas pueden provocar lesiones graves que afectan la movilidad, la independencia e incluso el bienestar mental (el mayor riesgo de depresión está relacionado con las caídas).
Más allá de prevenir lesiones, los ejercicios de equilibrio en realidad mejoran la neuroplasticidad: la capacidad del cerebro para aprender y adaptarse a lo largo de la vida. Esto significa una mejor función cognitiva y una mente más resiliente. Actividades como bailar, Pilates, yoga, tai chi o incluso simplemente jugar a la pelota con un amigo son formas excelentes de mejorar tanto el equilibrio físico como la salud cerebral.
Afila tu memoria
Los lapsos de memoria ocasionales (como olvidar dónde pones las gafas) son normales a cualquier edad. Sin embargo, una disminución significativa de la memoria no es sólo “parte del envejecimiento”. La buena noticia es que, al igual que un músculo, el cerebro se puede fortalecer mediante el ejercicio regular.
Se ha demostrado que participar en juegos mentales diseñados específicamente para desafiar la función cognitiva, como Brain HQ o Cognifit, mejora la recuperación de la memoria y las habilidades de pensamiento en general. Otras actividades como crucigramas, sudoku y aprender un nuevo idioma también ejercitan la mente del cerebro.
Pero recuerda, cuidar tu bienestar general también es fundamental. Priorice un sueño de calidad, incorpore prácticas para reducir el estrés como la meditación y tómese descansos adecuados para evitar la fatiga mental.
Y no pase por alto el poder de la nutrición. Las dietas ricas en frutas, verduras, fibra y grasas omega-3 saludables pueden ayudar a proteger el cerebro de la inflamación, un factor clave que contribuye al deterioro cognitivo. Sin embargo, muchas personas luchan por obtener todos los nutrientes esenciales que necesitan únicamente a través de la dieta.
Una investigación publicada en 2023 encontró que tomar un multivitamínico diario podría marcar la diferencia para los adultos mayores. En este estudio en el que participaron más de 3500 personas de 60 años o más, aquellos que tomaron un multivitamínico experimentaron una recuperación de la memoria significativamente mejor después de solo un año. Después de tres años, demostraron una notable ralentización del envejecimiento cognitivo en comparación con el grupo de placebo.
Cultivar la conexión
La soledad no es sólo un sentimiento desagradable; Tiene efectos negativos tangibles sobre la salud del cerebro. Los estudios muestran que los períodos prolongados de aislamiento social están relacionados con un deterioro acelerado de la memoria, particularmente en las mujeres.
Por otro lado, las fuertes conexiones sociales actúan como un poderoso escudo contra el deterioro cognitivo y el riesgo de demencia. Dedicar tiempo a la interacción cara a cara con sus seres queridos, unirse a actividades comunitarias o ser voluntario puede marcar una gran diferencia. Incluso actos simples como compartir comidas, salir a caminar o entablar conversaciones significativas mejoran tanto el estado de ánimo como la memoria.
Sentirse más joven comienza en tu cabeza
La conexión entre cómo nos sentimos acerca de nuestra edad y la salud de nuestro cerebro es innegable. Al centrarnos activamente en el equilibrio, la estimulación mental y fomentar las conexiones sociales, podemos empoderarnos para envejecer con gracia, mental y físicamente. Recuerde, una mentalidad juvenil no es sólo una perspectiva optimista; es una herramienta poderosa para mantener su cerebro alerta y vibrante en los años venideros.
