¿Estás cansado de golpear ese muro de energía de la tarde? Deshazte de la caída de la cafeína y considera esta sorprendente fuente de combustible sostenido: semillas de calabaza. El neurocientífico clínico Dr. Daniel Amen, autor de “You, Happier”, revela estas pequeñas potencias como su opción para superar las depresiones del mediodía.

El Dr. Amen atribuye la capacidad de las semillas de calabaza para aumentar la dopamina, un neurotransmisor crucial para el estado de ánimo y la motivación. Este efecto proviene de un aminoácido llamado tirosina que se encuentra en abundancia en las semillas de calabaza.

Pero no es sólo la dopamina lo que hace que estas semillas sean tan atractivas. Las semillas de calabaza también ofrecen cantidades significativas de magnesio, que desempeña un papel vital en la regulación de los niveles de azúcar en sangre. Recuerde, esas caídas de la tarde a menudo son provocadas por caídas en el nivel de azúcar en la sangre, lo que provoca antojos y fatiga. El magnesio ayuda a estabilizar esas fluctuaciones, proporcionando energía sostenida sin los nervios o el colapso posterior asociados con la cafeína.

Los beneficios van más allá: las semillas de calabaza están repletas de fibra, otro factor crucial para mantener estable el azúcar en la sangre y prevenir la sensación de hambre entre comidas. Esto los convierte en una excelente adición a tu dieta si buscas una forma natural de controlar esos antojos del mediodía y mantenerte lleno por más tiempo.

El Dr. Amen también destaca la importancia del hierro y señala que las semillas de calabaza son una excelente fuente: solo una onza proporciona el 11% de la ingesta diaria recomendada. La deficiencia de hierro puede manifestarse como fatiga y debilidad, síntomas que imitan inquietantemente la depresión vespertina que todos conocemos muy bien.

Desafortunadamente, la mayoría de los estadounidenses no cubren sus necesidades diarias de fibra y magnesio. ¿La buena noticia? Las semillas de calabaza facilitan cerrar esta brecha: una onza contiene el 20% de la ingesta diaria recomendada de fibra, y aún más en la cáscara. Además, su versatilidad hace que se incorporen fácilmente a muchas comidas.

Espolvoréelos en ensaladas, mézclelos en batidos, áselos para obtener un refrigerio crujiente o agréguelos a las sopas para obtener textura y nutrición adicionales. Son deliciosos ya sea que los comas solos, asados ​​con especias o como parte de mezclas de frutos secos o barras energéticas.

“Mis semillas favoritas son las de calabaza porque se ha descubierto que aumentan la disponibilidad de dopamina en el cerebro”, dice el Dr. Amen. “Si tienes un momento de calma por la tarde, las semillas de calabaza pueden ayudarte”.

Entonces, la próxima vez que llegue la fatiga de media tarde, sáltese el café y opte por un puñado de estas pequeñas potencias. Las semillas de calabaza ofrecen un impulso de energía natural y sostenido gracias a su perfil de nutrientes único: una ventaja tanto para el cerebro como para el cuerpo.