La próxima vez que visites a tu dentista, prepárate para una posible conversación sobre tu consumo de cannabis. Un creciente conjunto de investigaciones sugiere que el consumo excesivo de marihuana podría aumentar significativamente el riesgo de desarrollar cánceres de cabeza y cuello, lo que lleva a los dentistas a prestar más atención. Esta conexión no es sólo teórica; está respaldado por estudios recientes que muestran vínculos claros entre el consumo de cannabis y estos cánceres potencialmente mortales.
Una conexión sorprendente
El Dr. John Brooks, dentista y profesor clínico de la Facultad de Odontología de la Universidad de Maryland, fue coautor de un artículo en una destacada revista dental que describe este vínculo emergente. Cita un estudio de 2024 publicado en JAMA Otolaryngology — Head and Neck Surgery que examinó los registros médicos de casi 120.000 adultos diagnosticados con trastorno por consumo de cannabis. Este trastorno se caracteriza por la incapacidad de dejar el consumo de marihuana a pesar de las consecuencias negativas para la salud y las relaciones personales, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
El estudio reveló una cruda realidad: las personas con trastorno por consumo de cannabis enfrentaban un riesgo de dos a ocho veces mayor de desarrollar cánceres que afectaban la laringe (laringe), la orofaringe (parte posterior de la garganta), la cavidad bucal y las glándulas salivales en comparación con aquellos sin el trastorno.
Fumar versus comestibles: se necesita más investigación
Si bien este estudio no diferenció entre métodos de consumo como fumar, vapear o ingerir comestibles, el Dr. Brooks señala que fumar sigue siendo la forma más frecuente en que las personas consumen marihuana. Esto es importante porque tanto el humo del tabaco como el del cannabis contienen carcinógenos conocidos: sustancias que dañan el ADN y pueden provocar el crecimiento de tumores.
Fumar cannabis a menudo implica una inhalación más profunda y carece de filtración, lo que potencialmente conduce a una mayor concentración de estos compuestos dañinos en los pulmones y los tejidos circundantes. El Dr. Richard Lee, oncólogo médico de City of Hope en Duarte, California, que no participó en el estudio, explica: “Cada vez que expones esos tejidos corporales al humo de materiales quemados, ya sea cannabis o cigarrillos, los estás exponiendo a carcinógenos”.
Sin embargo, es fundamental realizar más investigaciones para comprender si los comestibles conllevan el mismo riesgo. El Dr. Lee enfatiza que se necesitan más estudios para determinar con precisión cómo se relacionan los diferentes métodos de consumo de cannabis con el riesgo de cáncer.
Más allá del uso recreativo: marihuana medicinal y dosis
El impacto de la marihuana medicinal sobre el riesgo de cáncer de cabeza y cuello también requiere más investigación.
De manera similar, los investigadores deben identificar dosis específicas de cannabis asociadas con un mayor riesgo de cáncer. Estas preguntas se vuelven particularmente importantes a medida que más estados legalizan el uso de marihuana medicinal y recreativa en todo el país.
Una creciente preocupación por la salud pública
Este vínculo potencial entre el consumo de marihuana y los cánceres de cabeza y cuello está ganando mucha atención dentro de la comunidad médica. Destaca la importancia de conversaciones abiertas entre pacientes y proveedores de atención médica sobre todos los aspectos del consumo de cannabis, incluidos sus riesgos potenciales. El Dr. Alan Ho, jefe del servicio de oncología de cabeza y cuello del Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering de la ciudad de Nueva York, si bien reconoce que se necesita más investigación para solidificar estas conexiones, destaca la necesidad de “asesoramiento claro e informado” para los pacientes basado en evidencia sólida.
Si bien el cannabis ofrece beneficios terapéuticos para algunas personas, esta investigación emergente subraya la importancia del uso responsable y la conciencia de las posibles consecuencias para la salud, especialmente en lo que respecta a los cánceres de cabeza y cuello.
